El arzobispo de Damasco describe el apocalipsis sirio y clama a Dios: «¿No te importa que muramos?»
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Cuando la tempestad amenazó hundir la barca en la que Jesús y sus discípulos cruzaban el lago Genesaret, ellos le despertaron, alarmados: "Maestro, ¿no te importa que muramos?" (Mc 4, 35-41).
Es la expresión que evoca el arzobispo maronita de Damasco, Samir Nassar, tras describir la apocalíptica situación que está viviendo Siria, ya olvidada del mundo tras años de guerra civil: "Es el drama más cruel que ha presenciado el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial", afirma en un mensaje titulado El naufragio de un barco que recoge Asia News.
"Cuando empezó a disminuir la violencia relacionada con el conflicto, estalló una guerra económica aún más dura, que puso de rodillas cualquier resto de esperanza de recuperación para el pueblo, cuyo sufrimiento se duplicó", dice el prelado.
Diez años de guerra civil definen un escenario "dominado por el caos" cuyo resumen es elocuente:
-950.000 víctimas;
-200.000 desaparecidos, entre ellos dos obispos y cuatro sacerdotes;
-13.000 desplazados internos que viven "en la más completa miseria, incertidumbre y desesperación";
-95.000 mutilados a quienes el Estado "no está en condiciones" de ayudar, con consecuencias "muy graves tanto médica como psicológicamente";
-2,5 millones de edificios destruidos o inhabitables, "muchas zonas parecen pueblos fantasmas que, con el tiempo, se han convertido en campamentos para refugiados o personas sin hogar".
A todo esto se unen los bloqueos y sanciones internacionales, el colapso de la moneda local y la "inflación galopante", rematados con la pandemia de coronavirus.
"Así como es fácil y rápido destruir un país hasta sus cimientos, es igualmente difícil, arduo y lento intentar reconstruirlo", lamenta el obispo, quien ensalza la implicación de la Iglesia siria, "minoritaria en el país", en su reconstrucción no solo material sino espiritual: "Esa es la razón del testimonio directo y activo en la promoción de obras de caridad" en los ámbitos de la salud, la educación, la mediación familiar o la "atención a las personas más frágiles".
El arzobispo maronita de Damasco, Samir Nassar, destaca el testimonio cristiano de los católicos sirios en la ayuda concreta a quienes más lo necesitan, y su fuerza, que resposa en la Adoración al Santísimo. Foto: AIN.
Y, sobre todo, "los encuentros dedicados a la adoración del Santísimo Sacramento", que son "uno de los eventos más sentidos para tratar de comprender la esencia del mensaje (cristiano) en este horizonte de devastación".
"Qué rápido y fácil es destruir una nación. Y cuánto más difícil es reconstruirla. ¡Qué herida tan terrible y profunda!", insiste.
Por eso, su evocación del episodio evangélico de la barca a punto de hundirse no es pesimista o en forma de reproche, sino que evoca sobre todo su resolución: el Señor de la Historia se levantó mandó callar al viento, que cesó en ese mismo instante. "Aunque el mundo se haya olvidado de Siria", concluye monseñor Nassar, "el Señor vela por la nación y su pueblo y no permitirá que su barco se hunda y desaparezca en la nada".
Fuente : https://www.religionenlibertad.com/