Los Derechos Humanos y la pandemia de Covid-19: una batalla de fuerza

en París, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en respuesta a las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, y para reconocer su protección como base de la libertad, la justicia y la paz.

La comunidad internacional recuerda cada año la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, para conmemorar su adopción por la Asamblea General de la ONU. El tema elegido para la celebración de este año es «Recuperarse mejor – Defender los derechos humanos», que tiene como objetivo llamar la atención del mundo sobre el impacto de la pandemia causada por la COVID-19 en los derechos humanos y crear conciencia sobre la humanidad compartida, la solidaridad global y la necesidad de una acción colectiva y fomentar actitudes y prácticas humanas en la lucha contra la pandemia.

Según los expertos, la enfermedad respiratoria responsable de la pandemia COVID-19 se identificó por primera vez en diciembre de 2019 en Wuhan, China. La enfermedad es causada por el “Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 (SARS-CoV-2), que se transmite a través de pequeñas gotas de la boca o nariz de una persona infectada, cuando esta tose, estornuda, habla, canta o respira fuerte. Estas gotas liberadas por la persona positiva entran en la boca, la nariz o los ojos de la persona que está cerca.

El impacto de la pandemia COVID-19 no tiene precedentes. El número de muertes y pérdida de medios de subsistencia es enorme. Con ingresos escasos o nulos durante los períodos de confinamiento, millones de trabajadores no pueden alimentar a sus familias. El cierre de las fronteras y las medidas de contención impiden que los agricultores accedan a los mercados y que los trabajadores agrícolas cosechen sus cultivos, lo cual tiene graves consecuencias en el sistema alimentario y las cadenas de abastecimiento. La salud pública, la educación y el mercado laboral también se han visto afectados.

La COVID-19 y los Derechos Humanos

El tema de los derechos humanos en la crisis de la COVID-19 es entendido por la mayoría de las personas de los países desarrollados como derechos personales versus bien común. Pero, por otro lado, existen muchos otros problemas de derechos humanos que enfrentan actualmente los más vulnerables de nuestras sociedades: pobreza y desempleo, cierre de escuelas, centros para refugiados abarrotados, desplazados internos y campamentos de migrantes, y asimismo personas sin hogar o que viven en asentamientos precarios donde la falta de acceso al agua potable y saneamiento son temas fundamentales, son un desafío para los derechos humanos.

Para nosotros, los maristas, este periodo de pandemia justifica nuestro esfuerzo por construir puentes y una familia global para facilitar nuestra respuesta a las necesidades emergentes. La campaña del Fondo de la Familia Marista Global para Emergencias Humanitarias es nuestra plataforma global de solidaridad y apoyo para ayudar a los vulnerables en las regiones del mundo afectadas por la crisis.

Lo que necesitamos saber sobre la pandemia de COVID-19 no alude solo el número de muertes y la pérdida de medios de subsistencia. El Papa Francisco, en Laudato Si’ y Fratelli Tutti, considera que la pandemia es un impulso importante para el anhelo mundial de fraternidad y solidaridad universal como pasos fundamentales hacia un futuro mejor; una oportunidad para un cambio sistémico real. Él está convencido de que la pandemia ha puesto al descubierto nuestra vulnerabilidad para desenmascarar las falsas certezas sobre las cuales construimos nuestros proyectos, hábitos y prioridades, y nos ofrece una nueva visión de sociedad en la cual los derechos humanos y la dignidad se respetan.

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H. Francis Lukong – Diretor adjunto del Secretariado de Solidariedad

Fuente : www.champagnat.org