Mensaje del Sup. General con motivo de los 25 años del asesinato de los Hermanos de Bugobe

Hoy nos unimos en nuestro pensamiento de manera especial a las familias de nuestros cuatro Hermanos, sus Provincias y a sus amigos cercanos que todavía sufres tu pérdida.

Creo que la historia es conocida por todos, cuatro hermanos maristas que están presentes y ayudan a los refugiados que huyen de una de las grandes guerras del siglo XX, la guerra de Ruanda y la región de los Grandes Lagos. Una guerra donde miles de personas murieron violentamente. Un desastre humanitario considerado Genocidio.

La comunidad de Bugobe, ubicada en el territorio de Zaire (Congo), había iniciado su labor solidaria en octubre de 1994. La comunidad comenzó con seis Hermanos ruandeses, pero con el tiempo se encontró conveniente una presencia que trajo la internacionalidad, integrando Hermanos de fuera de África. Dos años después, debido a la continuación de la guerra y el clima político, los Hermanos Africanos tuvieron que marcharse, los 4 Hermanos españoles Miguel Ángel y Servando, al principio y un poco después, Fernando y Julio.

Son Hermanos dignos de nuestra admiración y entran en la categoría de grandes modelos maristas, siendo parte de tantos otros Hermanos que “ amaron hasta el final ” en los cinco continentes. Valoramos mucho su gesto de entrega. Estamos asombrados y admirados por su fe, esperanza y caridad, su compromiso, su voluntad de dejar el consuelo y la seguridad para ser una presencia marista entre un grupo aislado y frágil como este numeroso grupo de refugiados.

Los Hermanos atendieron a personas que huían de su país debido a la guerra. Junto a ellos recordamos a tantos de nuestros hermanos y hermanas de otras partes del mundo que han seguido y acompañado situaciones similares, arriesgándolo todo por amor.

Destacamos que los cuatro Hermanos fueron asesinados como comunidad. Quiero enfatizar el testimonio de vida en común. No eran cuatro individuos aislados, era una comunidad marista, trabajando juntos, viviendo en fraternidad. Juntos discernieron sus decisiones importantes. Estamos llamados a vivir la fraternidad en nuestras comunidades como una experiencia vital, a ser hogares de luz en situaciones de oscuridad.

El título del libro, publicado en 1997, que narra la vida de estos Hermanos se llama: Amaron hasta el final . Vivieron el amor de tal manera que no eligieron preservar su vida, sino arriesgarla. Hicieron lo que creyeron que tendrían que hacer. Entre los últimos diálogos con el Superior general dijeron: “No podemos abandonar a los que ya están abandonados por todos. "

No hay duda de que en cada uno de nuestros Hermanos surgió una fuerza profunda que venía de Dios y de María y los hacía capaces de entrega incondicional y total. Es significativo el Cristo que se encontró entre los escombros de su casa, un Cristo mutilado, un recuerdo de Jesús entregando su vida sin límites.

El testimonio de nuestros hermanos nos anima hoy a todos los maristas de Champagnat, hermanos y laicos, a “responder con valentía a las necesidades emergentes” ya “caminar con los niños y jóvenes marginados de la vida”, siguiendo la invitación del XXII Capítulo General.

Los invito a que, en estos días, alrededor del 31, tengamos un espacio para orar, agradecer y celebrar la vida de nuestros cuatro Hermanos en Bugobe. Que sea una ocasión para reflexionar sobre nuestro testimonio actual, personal y comunitario, como familia y como obra educativa, en relación con las situaciones de pobreza y marginación que nos rodean.

María, nuestra Buena Madre, y San Marcelino Champagnat, continúan inspirándonos en nuestra respuesta al seguimiento de Jesús, amando hasta el final .

https://champagnat.org/pt/ser-marista/santos-maristas/martires-de-bugobe-31-de-outubro-de-1996/

Consulte aquí para obtener más información sobre los mártires de los hermanos Bugobe.