23 de agosto : Día Internacional del recuerdo de la trata de esclavos y su Abolición

Todos tenemos una idea muy cinematográfica de la esclavitud. Son muchas las películas y los documentales que nos han hablado de esta realidad en tiempos pasados. Especialmente relevante fue el traslado de personas entre continentes, para trabajar como esclavos al servicio de unos señores deseosos de aumentar sus riquezas, aún a costa de la explotación de la vida de otros seres humanos a los que consideraban inferiores.

Como ciudadanos, como cristianos, como Maristas de Champagnat, estamos llamados a profundizar en la realidad de nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Afortunadamente se han ido dando pasos positivos en muchas partes del mundo. La abolición de la esclavitud, al menos en los aspectos más llamativos, parece ser una realidad. Pero no podemos relajarnos, aún queda camino por recorrer.

En la actualidad podemos encontrar varias situaciones que nos recuerdan la presencia de la esclavitud: mujeres obligadas a prostituirse, niños y niñas que tienen que dedicar su infancia a trabajar, personas que se ven privadas de su libertad por sus opiniones y creencias…

¿Cómo es posible que, en muchos de nuestros países, se siga obligando a mujeres y niños a prostituirse a cambio de dinero?. Mujeres y jóvenes que son engañados y llevados a otros países para ejercer la prostitución.

¿Cómo es posible que, en nuestro mundo “educado”, se siga obligando a miles de niños y niñas a trabajar desde una edad temprana?, ¿por qué los países parecen no hacer nada?. Todos conocemos casos de niños que no acuden a la escuela porque no pueden, porque tienen que trabajar.

¿Cómo es posible que, en un mundo donde se enarbola la bandera de la libertad de opinión, cientos de personas sean privadas de su libertad por sus creencias, por su raza, por su religión, por su orientación sexual…? Sí, sabemos que esta es también una realidad.

Quizá alguno de nosotros tenemos la tentación de excusar nuestra inacción diciendo que, en nuestro entorno cercano, no existen estas realidades de esclavitud. Sabemos que no es fácil ayudar a solucionar estas situaciones, pero eso no significa que no podamos hacer nada.

Y sí, los Maristas de Champagnat, también en el siglo XXI seguimos trabajando para eliminar todas las formas de esclavitud. Muchos lo hacen con su trabajo diario, directo, concreto, sobre el terreno. Otros dedicamos nuestros esfuerzos para lograr que los países den pasos reales en la abolición de la esclavitud, desde la incidencia ante los gobiernos y ante las Naciones Unidas.

El XXII Capítulo General nos recuerda que debemos ser “memoria profética de la dignidad y de la igualdad”. Lo sabemos, actuamos y luchamos para que esto sea una realidad en nuestras sociedades. También estamos invitados a ser creativos en la búsqueda de respuestas a las necesidades de tantas personas que hoy siguen sufriendo algún tipo de esclavitud.

Somos unos privilegiados por poder dedicar nuestra vida a la educación de niños y jóvenes, puesto que desde ahí seremos capaces de transformar las injusticias de nuestro mundo. Sí, somos capaces.

Hermano Ángel Diego, Director del Secretariado de Solidaridad.

Fuente : www.champagnat.org