Falleció el Exalumno Juan Carlos Zavala Venegas (q.e.p.d.)
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Comunicamos el sensible fallecimiento del Exalumno JUAN CARLOS ZAVALA VENEGAS, (q.e.p.d.) acaecido el pasado día viernes 22 de Abril de 2022. Nuestro amigo Juan Carlos fue integrante de la Directiva de nuestro Centro de Exalumnos
durante muchos años, siendo su Secretario gran parte de ese tiempo. Era padre del exalumno Julio Zavala Acevedo y terminó sus estudios en nuestro Colegio en el año 1948.
Su hijo Julio Zavala, en representación de su familia, nos envía este emotivo testimonio:
Juan Carlos Zavala Venegas nos ha dejado un viernes 22 de abril del 2022 a las 16:05 horas, con una historia y trayectoria relacionada con los Hermanos Maristas, el Instituto Chacabuco y nuestro Centro de Exalumnos.
Juan Carlos nació un 28 de Septiembre de 1932 y fallece con 89 años, 7 meses y 24 días en el Hospital San Juan de Dios en Los Andes. Dato preciso tal y como a Juan Carlos le hubiese gustado haber informado su fallecimiento.
Juan Carlos fue hijo de exalumno, su padre Julio Zavala quien inició en 1911 como alumno del colegio recién inaugurado, fue hermano de exalumno Jorge y Hernán, además de padre de un exalumno Julio egresado 1985. Siempre vinculado al colegio por familia, amistad y cooperación.
Nos ha dejado un Padre de Familia, quien junto a su esposa Mirna durante 70 años estuvieron juntos frente a sus cinco hijos, de esas familias antiguas, de clan, y siempre de Los Andes. De esas familias de juntarse para las festividades y fines de semana y recordar las historias que los une.
Juan Carlos egresa desde quinto año de Humanidades desde el Instituto Chacabuco en Los Andes, para enfrentar un paso temporal de la época por el Liceo local y completar su educación, se incorpora a su servicio militar con una consecuente carrera militar como Armero Artificiero egresado de la Escuela de Especialidades del Ejercito, retirándose a la vida civil con grado de Sargento Primero. Vida militar, su rigor, más la educación cristiana y de bien de los Hermanos Maristas en Los Andes desarrolla su nueva vida de Civil con esfuerzo y desde abajo. Iniciando su vida como mensajero de telegramas para Correo y Telégrafos, convirtiéndose en Oficial Postal en el Correo Internacional, llegando a ser Jefe de Oficina interino en Los Andes y Jefe de Oficina en Quintero para enfrentar su merecido retiro.
Sus recuerdos de toda la vida, siempre estaban entre su abuela Virginia, su mamá Teresa, su recordado, compañero y confidente Padre, la vida de alumno en el Instituto Chacabuco y su principal mentor Hermano Emeterio junto a sus amigos y compañeros de generación. Ya de vida adulta, sus recuerdos de militar, sus anécdotas en las campañas en la cordillera, en los habituales juegos de guerra para su profesión, y finalmente sus vivencias en el Correo Internacional. Los últimos años, recordando con cariño su emprendimiento en Brasil junto a su adorado y extinto hermano menor Hernán, también exalumno.
Juan Carlos era de hacer, “si lo hace otro, yo lo puedo hacer” siempre decía, así fue como muchas de los muebles en casa, juguetes familiares, nuevas dependencias en la casa familiar las ideó, las creó y las hizo en su adorado taller en una esquina del gran patio de su casa por casi 60 años.
En su vida familiar, siempre de pocas palabras, pero de actos profundos, sinceros y llenos de amor, empujando con grandes detalles a cada uno de su cinco hijos a ser felices en lo que más les gusta. Siempre orgulloso de su familia, de cada uno de sus hijos y de su amada esposa Mirna.
En la vida social, de pocos pero de sinceros amigos de la vida, cercano a su grupo de exalumnos que año a año se reunían en una amplia mesa en el patio de su casa, disfrutando de una buena conversación y un rico asado durante todo un día.
Juan Carlos participó en el Centro de Exalumnos por casi 20 años en el puesto de secretario, meticuloso y detallista en cada una de sus actas y cartas que debían ser escritas por él, confección que podía tomar hasta 4 días para que ningún detalle de las reuniones quedara sin nombrar.
Junto a los miembros de la directiva, dio la bienvenida a muchas nuevas generaciones de exalumnos, quedando en la memoria de estos la afable y cariñosa recepción al Centro. Así mismo, los antiguos exalumnos, e incluso hijos de su generación lo recuerdan como una persona cercana, amable y dedicada.
En los últimos años, deja su presencia en la directiva del Centro de Exalumnos debido a los fríos del invierno, siendo siempre un friolento, prefería colaborar desde lo tibio de su casa, pero siempre presente toda vez que podía en el almuerzo de los Exalumnos cada primer domingo de Octubre.
Juan Carlos nos deja orgulloso de haber pertenecido a la Familia Marista, de haber tenido grandes camaradas de colegio, de haber tenido una gran familia junto a su esposa e hijos y de haber vivido como Cristiano y Mariano hasta sus últimos días, rezando su habitual rosario de madrugada y al acostarse.
Juan Carlos, descansa orgulloso en Paz.
Nuestro exalumno René León Gallardo nos manifiesta su sentir:
JUAN CARLOS ZAVALA VENEGAS
Lo recuerdo en sus tiempos de secretario del Centro de Exalumnos Maristas del Instituto Chacabuco, siempre colaborando y participando en los actos oficiales con su inseparable esposa Mirnita.
Tal vez por su profesión de maestro, poseía ese don de gentes que muchos admirábamos. Fue una persona amable, generosa, prudente y mesurada en sus expresiones. La gratitud hacia quienes le habían formado, era constantemente motivo de conversación. Acostumbraba a que sus gestos y expresiones, nunca estaban desprovistos de una sonrisa.
Los años lo fueron alejando paulatinamente de nuestras actividades. No obstante, cuando alguna vez le encontrábamos en la calle o a la salida de la misa dominical, no faltaba su saludo generoso o algún breve diálogo en que conversábamos del acontecer de nuestra organización inspirada en las enseñanzas del Santo Fundador de cuyos principios nos habíamos impregnado en las aulas institutanas.
Apoyados en la Fe emanada de la enseñanza cristiana recibida en las Aulas Maristas, elevamos nuestras fervientes oraciones por el eterno descanso de su alma, juntamente con encomendarlo en nuestras oraciones, por lo que creemos que ya ha sido acogido en el Reino de Dios y duerme en la paz del Señor.
Oración por los Difuntos
¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a Ti glorioso.
Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén.