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Dicen que 60 años no es nada... y 70 tampoco ... Encuentro Fraterno de la Promoción 1963

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Era un día muy esperado. El tiempo había pasado marcando las horas de 60 años de ausencia pero no total. Alguien tuvo la genial idea de organizarnos para saber de nuestras vidas, de nuestros aciertos y fracasos.

Fue una cadena de información para saber de cada uno de nosotros. Cercanos y lejanos fuimos entregando información personal. La idea cobró fuerza y la lista del curso se fue alargando. Empezando por el 1 llegando al 23. Cada día se nos recordaba la fecha del reencuentro cundiendo la ansiedad y la emoción : el jueves 30 de marzo de 2023.

Llegó el día. Un lugar lejos de la ciudad. Tranquilo y lleno de naturaleza.

 

Uno a uno íbamos llegando, como en el colegio unos puntuales otros atrasados. La inquietud rondaba en nuestra mente si íbamos a ser capaces de reconocernos físicamente porque el tiempo pasa y deja huellas. En la medida que nos agrupábamos y en medio de los abrazos nos ayudábamos a recordar nombres y apellidos. La situación era similar como al volver al colegio después de las vacaciones de verano. Era emocionante y al mismo tiempo gratificante.

 

No era un par de meses de ausencia … eran 60 años de espera… 60 años desde que dejamos el Colegio… y la gran mayoría 70 años desde cuando ingresamos… Momentos de saber uno del otro. Conversaciones fluidas y llenas de risas.

 

Luego la mesa servida y compartida. Mesas preparadas para diez. Era como para un trabajo grupal dado por el profesor. Se iniciaron los brindis iniciales, los ¡¡ salud!!  se escuchaban con fuerza y alegría, era como un recreo bullicioso compartiendo la merienda. Ya con un par de brindis empezaron a florecer los sentimientos y recuerdos. Alguien proponía quien debería hablar.

 

De esta manera se fue conformando la historia personal y grupal. Mención aparte merece la presencia de Julio Amigo Ortega quien con emocionadas palabras expresaba la emoción de estar en nuestra ciudad después de tanto tiempo en Brasil. Aún más con la posibilidad de compartir con quienes fuimos sus compañeros de curso.

 

El tiempo pasó rápido y empezó a marcar la hora de la despedida. Como es tradicional posábamos para la foto del recuerdo. Era el momento triste de este reencuentro. Los abrazos y apretones de manos sellaban el momento vivido.

 

Texto : César González Araya

 

Transcribimos el mensaje enviado por nuestro compañero Pedro Ávila Hernández:

 

FELIZ ENCUENTRO...

 

V.J. M. J.

                           Qué sorpresas nos da la vida. En este caso, un encuentro muy feliz y agradable. Desde el comienzo de este chat que lo leo y releo, aunque nunca he escrito. Me parece ver las caras de cada uno en la medida que aparecen sus intervenciones. Las recuerdo jóvenes y brillantes, como eran cuando estábamos en el colegio. No con anteojos, audífonos, canosos o pelaos y arrugados, como es la imagen que me devuelve el espejo cuando me miro en él.

 

                            Quisiera recordar una anécdota, de las miles que vivimos en nuestra hermosa vida colegial. Una tarde llegó el profesor de dibujo, un señor viejo, como somos nosotros ahora, cojo y fleto que se dedicaba a la crianza de canarios y para colmo, era sanfelipeño. Llegó muy adelantado a la hora que le correspondía y le pidió permiso mal no recuerdo era El Baucha. Creo que llevaba una caja de tizas de colores, algo realmente novedoso en ese tiempo.

 

Dibujó un rostro de Miguel Ángel, de todo el porte del pizarrón, con sus barbas, boca , nariz, etc. Le quedó realmente hermoso, imponente, distinguido. Salíamos a recreo y un genio, creo que fue el Mono que tenía muy buena mano…….para el dibujo, encontró que los labios estaban bien pero no perfectos. Dijo “Yo voy a arreglarlos”. Tomó el borrador y eliminó el labio superior. Se corrió hacia atrás para ver mejor y determinó que el labio inferior también podía mejorarse. El borrador hizo su trabajo y en vez de labios quedó un hoyo. El Mono reflexionó y dijo “ Mejor arreglo el ojo derecho” y abandonó los labios.

 

Estaba en eso cuando sonó la campana del fin del recreo. Íbamos a huir cuando un genio, creo que fue el Cabezón Quezada pero no estoy seguro, dijo: “Quedó un poco feo”……..”Mejor borrarlo” Tomó el borrador y eliminó todo el dibujo que con mucho esfuerzo y buen gusto había hecho el profesor. Arrancamos. Nos formamos en la fila y subimos. Cuando entramos a la sala y quedó en evidencia la misteriosa desaparición del dibujo tuvimos que traerle un vaso de agua al profesor dibujante y al hermano Director, que prontamente fue llamado. Para mayores detalles, consultar con el Mono Bastías y el Cabezón Quezada.

 

                               Creo que los mejores años de mi vida fueron los del colegio y me siento muy honrado de haberlos compartido con todos ustedes.

 

                                 Que Dios los bendiga, ahora….y siempre.

 

Pedro David Avila Hernández

Los Andes, Jueves 30 de marzo de 2023.

 

 

 

 

Esta fue nuestra CONVOCATORIA....

 

Seguimos siendo Maristas con la impronta de evangelizar.

 

 


  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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